viernes, 29 de noviembre de 2013

TRABAJAR GRATIS

El otro día hablaba con mi hermana y echábamos la vista atrás. Estoy preparando la gira de mi disco acústico y de nuevo me doy de bruces con la realidad. Cobrar un fijo en un concierto es poco menos que un milagro (hablo de la gente que juguemos en esta liga, por supuesto), hoy en día se trata de lanzarte a tumba abierta y ver qué pasa. Recuerdo cuando empecé en la música en el año 92, que no era demasiado dificil cobrar 25 mil pesetas, 150 euros, por actuación. Hoy, 20 años después, cuesta mucho cerrar esa cantidad de salida. Triste, pero real. 

Cuando tenía 19 años tuve un trabajo en el que ganaba 150 mil pesetas, es decir, aproximadamente 900 euros de los de ahora, una cantidad que ronda el salario de la inmensa mayoría del español medio. ¿Qué ha pasado en estos 20 años?, ¿Era irreal aquello o es irreal esto?, ¿dónde ha quedado todo aquello por lo que se luchó en los 70 y los 80?. Nos han devuelto al punto de partida de un plumazo.


Eso sí, para acabar de situarnos. Cuando empezaba a salir con mis tiernos 18 años, una cerveza valía 100 pesetas, es decir, 60 céntimos de euro. Hoy día pagas de 2 a 5 euros en cualquier bar de moda o sala de conciertos. Nuestro poder adquisitivo se ha derrumbado. Somos lo que comemos, lo que pensamos, lo que hacemos, si, pero para la sociedad somos lo que consumimos y si no consumimos, no interesamos.
Hay gente que reclama la gratuidad de la cultura, de música, cine, teatro, etc. Deben pensar que los que nos dedicamos a esto no comemos ni pagamos facturas, o simplemente que deberíamos tener un trabajo “como dios manda” para vivir, y no estar ahí, disfrutando con lo que hacemos. Si la cultura ha de ser gratis, ¿no debería serlo también todo lo demás?, ¿porqué no puedo entrar en un supermercado y llenar mi carro gratis?, ah, eso es delito. ¿Cuesta tanto entender que nuestro oficio es devoción pero también la forma de vida con la que intentamos subsistir? A nadie le gusta trabajar gratis, aunque los músicos lo hagamos muy a menudo. 

 

Tenemos el dudoso honor de estar a la cabeza del mundo en piratería. En descargas de música y películas. Que levante la mano el que no haya descargado alguna vez música o películas. Yo no puedo levantarla.
Los Extremoduro lo han dejado claro en su comunicado de prensa a raíz del tan trillado tema del robo de su último disco. Son muchos los que roban en el camino. Lo cojonudo es leer en la red que mucha gente se alegra de ese hecho e incitan a descargarse el disco. Sería interesante ir al trabajo de cualquiera de esas personas, si es que lo tienen, y proveerse de lo que sea que hagan sin pagar por ello. En el fondo creo que lo que se sobreentiende de todo esto, es que la sociedad sigue viendo al artista como un vago, un maleante que vive del cuento, con su cancioncitas, sus letritas, sus cuadritos, sus novelitas, y eso no es trabajar, eso es disfrutar, y cómo bien dice la biblia, ganarás el pan con el sudor de tu frente, sin disfrute alguno, del sexo dicen cosas parecidas. La envidia siempre ha sido una pandemia incurable.


En fin, a veces pienso que tenemos lo que merecemos, porque una sociedad suele ser el reflejo de sus gobernantes y viceversa, y porque nuestra falta de empatía y exceso de apatía me lleva a pensar que este lugar que habitamos se rige más por el “si yo estoy jodido, que se jodan los demás” que por el “vamos a cambiar todo lo que no nos gusta” o el “ole los cojones de aquellos que luchan por vivir su vida de la forma que eligen y no de la que les dicta la inercia”.
No se me pasa el cabreo, que le voy a hacer.


Joel Reyes

martes, 26 de noviembre de 2013

SÓLO SON CANCIONES

El pasado 22 de noviembre, Santa Cecilia, se celebró el día de la música.

La música y la cultura en general, no pasan por muy buen momento en este país, si es que alguna vez lo hicieron o alguna cosa pasa por un buen momento aquí. Que la cultura es un enemigo del sistema creo que está fuera de toda duda, al menos, la cultura al alcance de todos. Encontrar vías de escape y alternativas a lo establecido no suele ser bien recibido por “los de arriba”.
Muchas veces, los que nos dedicamos a esto, intentamos buscar un sentido a nuestro trabajo, una “utilidad” más allá del efecto terapéutico que la música ejerce en los que la utilizamos como medio de expresión. Sois las personas que nos seguís, nos apoyáis y nos hacéis saber que algunas de nuestras canciones significan algo para vosotros, los que dais sentido a nuestro oficio.

Lo dijo Nietzsche, “sin música, la vida sería un error”. No sé si sería un error o no, pero perdería mucho color. Dicen que la música puede cambiar el mundo. No sé si la música en sí, pero es cierto que la música cambia nuestro estado mental, y por ende, lo que somos, nuestra constitución química y lo que pensamos. Una canción nos puede alegrar, entristecer, motivar, ahondar en nuestros recuerdos, hacernos saltar, reaccionar, descargar adrenalina… y todo eso son cambios, cambios en nosotros, y por tanto, en el mundo que nos rodea.
 
Al fin y al cabo, sólo son canciones. Pero hay canciones que no podemos disociar de nuestra vida, canciones que nos llevan a momentos, personas, lugares, sensaciones, que nos hacen entrar en una especie de ensoñación, como cuando un olor nos recuerda a un momento especial de nuestra vida. Todos tenemos las nuestras, aunque hay muchos lugares comunes.
Hace no mucho tiempo me pidieran realizar una selección de 10 canciones importantes en mi vida para una revista de música. No fue fácil. Fue muy difícil, de hecho. Condensar una vida envuelta en música en sólo 10 canciones. Todas, absolutamente todas ellas, estaban asociadas a momentos de cambio, de descubrimiento, de revolución, a recuerdos bonitos. Todas ellas eran un poquito de lo que soy. Os recomiendo el ejercicio de hacer vuestra propia lista de 10 canciones importantes en vuestra vida y expliquéis brevemente porqué lo son. Realizaréis un viaje apasionante en sentido inverso por el camino recurrido hasta hoy, redescubriréis el valor que esas canciones han aportado a ella y tal vez descubráis algo vuestro que no sabíais o habíais olvidado. Y si lo compartís, mucho mejor.

Esta fue mi lista en ese momento. Hoy seguramente sustituiría algún título, como se suele decir, no están todas las que son, pero son todas las que están: Still loving you (Scorpions), Please return it (The Posies), Anatomía de una ola (Antonio Vega), The show must go on (Queen), 12 segundos de oscuridad (Jorge Drexler), Fame (David Bowie), Oro negro (Tino Casal), Alice (Tom Waits), La bien pagá (Miguel de Molina) y Mediterráneo (Joan Manel Serrat).

Sólo son canciones, sí, pero sin ellas, todo lo demás no sería lo mismo.
Joel Reyes

viernes, 22 de noviembre de 2013

VIVO EN UN PAÍS LIBRE Y DEMOCRÁTICO

Ya no sé qué nos hace falta para reaccionar. Hace unos días veía un interesante mini documental que hablaba de la “indefensión aprendida”, eso que hace que aún pudiendo reaccionar ante un abuso, lo acatemos con resignación y sin rechistar.


Como dije no hace mucho, van a saco. Sin disimulo.
Ayer veían la luz los nuevos proyectos de ley sobre seguridad ciudadana propuestos por “nuestros” gobernantes. Beber alcohol en la calle podrá ser multado hasta con 1000 euros. No es broma. Un amigo mío fue multado por ir bebiéndose una lata de cerveza por la calle cuando iba a sacar dinero  tras salir de una casa en la que estábamos celebrando un cumpleaños. Se podrá multar hasta con 30.000 euros el botellón.

Multas de hasta 30.000 euros por insultar a un policía o manifestarse encapuchado. Por supuesto la ley no es recíproca, el policía nos podrá insultar y repartir todo lo que crea necesario amparado por la ley y el anonimato de sus cascos antidisturbios. También podrán llevarse nuestro DNI para comprobar su autenticidad. Grabar a la autoridad será ilegal, por tanto, grabar abusos policiales no podrá ser utilizado como prueba, con lo cual, vía libre. Que no nos pase na.

Entretanto, violadores y asesinos a la calle, algunos de ellos indemnizados por daños. Sí, sí, demagogia.
Bárcenas, Camps, Urdangarín, Fabra, ERE fraudulentos… hasta UGT ha metido la mano en la saca.


¿Sigo? Sigo.

Prohibidas las aceiteras en los restaurantes. Esta es muy buena. A partir de ahora aceites y vinagres en monodosis, bien envasados en plástico contaminante y petrolífero, por nuestro bien y el del bolsillo de nuestros restauradores. Que levante la mano el beneficiado.

Multado un ciclista por comerse un cruasán mientras iba en bici. Multado un músico callejero que tocaba la guitarra (sin amplificación) para sacarse unas monedas.
Hasta 600.000 euros de multa por manifestarse frente al congreso. Por decir a nuestros políticos que estamos hartos de su ineptitud, por indignarnos. Ni el derecho a la pataleta nos queda.

Seguiremos acatando recortes, pérdida de derechos civiles, censura, control social y policial, sanciones, abusos, corrupción, injusticias, seguiremos haciéndolo mientras no nos prohíban la caña (dentro de un bar) y el futbol. He oído decir que el derecho de pernada está al caer.
Ahora repite conmigo. Vivo en un país libre y democrático en el que la libertad de expresión y de manifestación está amparada por la constitución, donde todos somos iguales ante la ley y tenemos las mismas oportunidades, y además, puedo aliñar la ensalada como quiero.

Joel Reyes

martes, 19 de noviembre de 2013

SÓLO O EN COMPAÑÍA DE OTROS

Crisis. Crisis. Crisis.

Está todo muy mal. Con la que está cayendo. A ver si esto pasa pronto. Cada cual tiene su frase.
Se dice que el pesimista se queja del viento; el optimista espera que cambie; el realista ajusta las velas. Las oportunidades son como los amaneceres: si uno espera demasiado, se los pierde.

La necesidad estimula la imaginación. Un momento de crisis es un momento perfecto para generar ideas, para buscar soluciones, alternativas. Podemos detenernos y esperar o generar la forma de seguir caminando.
Suelen decirme lo difícil que está vivir de mi profesión. Me gustaría saber cuál es la profesión con la que es fácil vivir hoy en día. Tal vez prevaricador, corrupto o gestor de comisiones, aunque no conozco ninguna universidad para estudiar esas profesiones. Digamos que eso también debe ser un plan B en tiempos de crisis. Pilla lo que puedas. Coge el dinero y corre.

Por motivos totalmente extra musicales, el disco de SONORA se está haciendo de rogar. Terminamos la grabación en febrero y aún seguimos esperando. El video clip del primer single “La mentira de Occidente”, ya está listo y esperamos que en pocos días podamos dar una fecha de estreno y lanzamiento. Pero esperar nunca es buena idea. El movimiento debe continuar.
 
Es por eso que en una semana me voy a Tarragona a grabar mi primer disco como Joel Reyes. Un capricho. Algo totalmente opuesto a SONORA. Canciones desnudas, sin artificios, como fueron compuestas en su día. Apenas una guitarra o un piano y una voz. Sin papel de regalo. Canciones que quedaron fuera de los discos de Malacabeza porque no era su momento, otras totalmente nuevas, otras “a petición popular”. Va a ser un disco sincero. Directo. Habrá colaboraciones y más de una sorpresa, aunque aún es pronto para lanzar las campanas al vuelo. Vuelvo a la cocina con Juan Zarppa, o lo que es lo mismo, mi amigo Miguel Zanón. Voy a contar con dos socios de lujo: mi hermano murciano, Monty, que ya ha empezado a grabar maravillosas guitarras acústicas y “el niño” Alex Larraga a los pianos.

El repertorio no está del todo cerrado, pero casi: entre las “viejas conocidas”: “Es lo que hay”, “Así te gana Madrid”, “Quiéreme”, “No sé qué hacer contigo”. Habrá revisiones de dos temas del primer disco de Malacabeza: “Mis posesiones” y “Si supieras”. Y entre las recién llegadas: “Nunca he bailado bien”, “Universos paralelos” y “Eléctrico”, el tema que dará título a este disco, acústico, desnudo. ¿Contradictorio? Es mi disco.
Mi intención es volver a las andadas en cuanto empiece el próximo año. Patearme todos los escenarios que pueda, sólo o en compañía de otros. Con mi guitarra y mi garganta. Espero que estéis ahí.


Esta es mi profesión, mi elección, mi vida.

O te mueves o caducas.

Joel Reyes

viernes, 15 de noviembre de 2013

EL ROTO

El otro día escribía en mi Facebook:  “No hay ruido más atronador, ni verdad más absoluta que el silencio”.

En estos tiempos estar callado es un acto de complicidad. El temor a perder las migajas es la peor de las actitudes puesto que legitima la postura de los que nos "gobiernan" y nuestra posición. Dicen que quién calla otorga, no siempre es así, pero en este caso, no puedo estar más de acuerdo.
Afortunadamente siempre hay voces discordantes que desde la inteligencia y el bofetón silencioso nos dan una bocanada de realidad y crudeza sin paños calientes.


Muchas veces he dicho que la síntesis no es mi fuerte. Por eso admiro tanto al hombre que inspira esta entrada. El Roto, o lo que es lo mismo, Andrés Rábago. El ilustrador de El País que cada día nos sacude con una sola frase, a veces sin siquiera eso, sólo una imagen, acerada, afilada, concisa, cruda. Admiro profundamente su forma de decir tanto con tan poco. De resumir el sentimiento de miles, millones de personas en menos de diez palabras.

Hoy El País le dedica un artículo debido al lanzamiento de un libro que aglutina sus viñetas. “A cada uno lo suyo” (gran título).

Cómo ya he dicho en muchas ocasiones, vivimos demasiados escudados tras el “¿qué puedo hacer yo?”. Si el más largo de los caminos empieza con un solo paso, una masa empieza con un individuo. El trabajo de El Roto me parece inspirador, rotundo, genial. Una sacudida diaria a nuestra conciencia y nuestra apatía.

Cada día es más flagrante como nos toman el pelo, de una forma cada vez más literal. Las ruedas de prensa de “nuestros” políticos. Las últimas sentencias, que no hace falta mencionar, vuelven a poner a las claras que ya ni disimulan, antes escogían una cabeza de turco para acallar el clamor popular, ya ni eso. Van a saco.
Siempre he estado total y radicalmente en contra de cualquier acto violento para conseguir un cambio. El otro día, un amigo me decía que el agua sólo puede pasar del estado líquido al sólido, no hay punto intermedio, salvo ese cambio violento, o al gaseoso por ebullición, por acción del fuego. Somos agua en un 75%, tal vez, pues, nuestra condición de cambio esté abocada al límite, a la ruptura. Tal vez estemos abocados a un cambio violento visto en donde caen nuestras protestas, en el cubo de “su basura”.


Cansa hablar, gritar, protestar, leer la prensa, ver los informativos, salir a la calle, escuchar los discursos repetitivos e inocuos en los bares, las excusas…  y que nada cambie, o si lo hace, sea a peor. Cansa ver cómo nos utilizan los de uno y otro lado, cansa ver lo que cuesta conseguir algo a las buenas y como todo el mundo entiende rápido a las malas. Cansa. Cansa. Cansa.

Joel Reyes

martes, 12 de noviembre de 2013

QUERIDA ANA

Mucho me he resistido a escribirte desde este, mi diván, porque me parecía tan obvio hacerlo y era tan fácil hacer leña de tu árbol caído que me daba cierto “nosequé”. Pero visto lo visto, debes tener una plantación del tamaño del Amazonas llena de árboles para derribar, aunque conociéndote, seguro que estás sacando tajada de ello y has montado una papelera para beneficiarte de tus propias automutilaciones.

Llegaste al ayuntamiento de Madrid sin que nadie te lo pidiera, ni siquiera nos diste la opción de decírtelo. Estás dándonos duro, Anita. Incluso eres tan inteligente como para ponerte en ridículo frente al mundo y gritar, con una relajante taza de café con leche, los motivos por los cuales no podíamos tener unas olimpiadas en esta ciudad. Teniendo un marido con tan avanzado nivel de inglés e incluso “tejano”, bien podrías haber puesto más esmero entre sesión y sesión de gimnasio.
Si tú no hablas inglés que no lo hable ni dios, cojones. Nos cargamos educación, becas Erasmus, cerramos salas de conciertos, seguimos golpeando la cultura de base y mantenemos la de élite, como antes, vamos, y a tomar por saco. Así todos seremos iguales de zoquetes que tú, aunque sin las mismas oportunidades, ¿has oído hablar de las castas?, plantéalo en tu próximo pleno, si no lo has hecho ya. Y ni siquiera podremos pillarnos un berrinche de esos que te sube la tensión, el azúcar y hasta la bilirrubina, porque sin seguro médico, no podremos ser atendidos. ¿Demagogia?, en tres palabras, y una mierda. Que se lo digan a los americanos. Por cierto, saluda a Wert de mis partes.



Pero lo estáis haciendo bien, tú y los tuyos. Tienes buenos compañeros de viaje. Mientras nos hundimos, nos distraéis, con el “conflicto catalán”, mientras los de aquí y los de allí, o viceversa, que yo me siento de ambos lugares, os utilizáis mutuamente como “enemigos”, cuando sois los mismos perros con distinto collar, ajenos al ciudadano, vendiendo lo que haya que vender para proteger vuestra empresa y vuestro culo, aferrándoos a vuestra poltrona mientras desviáis la atención de los problemas que están matando de desesperanza a este país.
No estáis dejando títere con cabeza. Eso sí, ya tenemos futbol casi cada día de la semana, y mientras nuestro equipo gane, o, al menos podamos poner a parir al árbitro o al delantero de turno cada vez que se tire en el área, tendremos nuestra dosis de desahogo para que nos sigáis sodomizando. Te imagino descojonándote en tu despacho mientras lees todo lo que se dice y escribe sobre ti.

Madrid, a pesar tuyo, es un lugar maravilloso para vivir y conocer, aunque en los últimos días ha abandonado la metáfora para hacerse literal. La basura cubre las calles. Eso sí, los mendigos no ayudan, según tú. No tienes fin ni filtro, y supongo, que nadie que te lo diga. ¿Hasta dónde quieres llegar? No me creo que esto no forme parte de un plan mayor, de un objetivo mucho más elevado. No puedes ser tan torpe. Seguro que tenéis algún as escondido tras la manga para que el combate acabe con un K.O. que no nos permita levantarnos.
Vamos, ya queda menos.

Ya ves, he empezado hablando de ti y he acabado divagando. Ya me conoces.
Joel Reyes

viernes, 8 de noviembre de 2013

UNIVERSOS PARALELOS

Algunos habéis asistido casi a tiempo real a la composición de esta canción. A algunos os sonarán algunos versos de la misma pues los he compartido mientras estaba siendo escrita. Esta es mi nueva niña. Será estrenada en directo el próximos miércoles 13 de noviembre en el Libertad 8. ¿Te vienes?
 
NO PIENSO RENUNCIAR A ESTE DELITO
QUE LE HABLA AL MUNDO A GRITOS DE LOS DOS
A MENOS QUE ALGÚN DÍA LO VEA ESCRITO
CON LETRAS DE NEÓN
 
NO PODEMOS NEGAR LAS EVIDENCIAS
LAS PRUEBAS NOS CONDENAN, NO HAY MARGEN DE ERROR
POR MÁS QUE GUARDEMOS LAS APARIENCIAS
ESPERAN UNA CONFESIÓN
 
SOMOS DOS UNIVERSOS PARALELOS
QUE CONFLUYEN EN ESTA DIMENSIÓN
TAN FÁCIL, TAN COMPLEJO, TAN, TAN NUESTRO
NO TODO TIENE SIEMPRE EXPLICACIÓN
NO PIENSO PEDIR PERDÓN POR ECHARTE DE MENOS

NOS QUEDAN TANTAS NOCHES PASEANDO
POR LAS CALLES DEL FORO VIÉNDOLAS VENIR
DOS CATALANES LEJOS DEL SALITRE
LOCOS POR VIVIR

NOS QUEDAN MÁS DE UN MILLÓN DE MANERAS
DE REINVENTARNOS CADA AMANECER
DE HALLAR LO BELLO EN ALGO TAN PEQUEÑO
QUE NADIE MÁS LO PUEDA VER
 
SOMOS DOS UNIVERSOS PARALELOS
QUE CONFLUYEN EN ESTA DIMENSIÓN
TAN FÁCIL, TAN COMPLEJO, TAN, TAN NUESTRO
NO TODO TIENE SIEMPRE EXPLICACIÓN
NO PIENSO PEDIR PERDÓN POR ECHARTE DE MENOS

QUE EL MUNDO ES MÁS BONITO
SI TE VEO SONREIR
QUE HARÉ DEL MANZANARES
UNA PLAYA PARA TI
NUESTRO MEDITERRÁNEO
DESEMBOCARÁ EN MADRID

SOMOS DOS UNIVERSOS PARALELOS
QUE CONFLUYEN EN ESTA DIMENSIÓN
TAN FÁCIL, TAN COMPLEJO, TAN, TAN NUESTRO
NO TODO TIENE SIEMPRE EXPLICACIÓN
NO PIENSO PEDIR PERDÓN POR ECHARTE DE MENOS 
 
 

 
Joel Reyes



 

martes, 5 de noviembre de 2013

ROBE INIESTA

Una de las cosas más difíciles en el mundo del arte, es, sin lugar a dudas, encontrar ese lenguaje propio, ese carácter que te diferencie del resto y te haga reconocible. Centrándonos en el mundo de la música, hay artistas que, te gusten más o menos, son reconocibles en cuanto abren la boca, ya sea por su voz (no estoy hablando de calidad, sino de personalidad), por su lírica, por su lenguaje musical, o por una mezcla de todo ello.

Nadie negará que gente como Bowie, Tom Waits, Leonar Cohen, Sabina, Raphael, Bunbury, Nino Bravo o el protagonista de esta entrada, Robe Iniesta, son artistas inconfundibles. Encontrar tu lugar, tu lenguaje y hacer de ello tu seña de identidad, es la búsqueda que todo artista que quiera trascender, debería  hacer, aunque es más fácil decirlo que conseguirlo. Todos  tenemos nuestras influencias y nuestros lugares comunes, también los anteriormente mencionados, pero han sabido encontrar ese factor que los diferencia del resto.
 
Reconozco que, debido a mis gustos, nunca presté especial atención a Extremoduro, por pertenecer a eso que se llamó Rock Urbano. En mi adolescencia lo rocé de pasada sin prestar mayor atención, hasta, como casi siempre ocurre, darme cuenta de que me estaba perdiendo cosas realmente interesantes. A estas alturas, decir que Robe Iniesta es un grandísimo escritor de canciones y un letrista brillante es una obviedad.

Su lírica marca una diferencia con la mayoría de sus contemporáneos de género. Y es ahí donde radica su mayor valor. Su forma de decir las cosas, descarnada y cruda, pero a la vez de una extrema y poética sensibilidad le hace diferente al resto. Hoy en día muchos han seguido su estela y tiene más de un alumno aventajado como Carlos Chaouen o Kutxi Romero, cantante y letrista de Marea. Quiero suponer que gente como el maestro Rosendo abrieron camino  a esa otra forma de comunicar, mucho más cruda pero igual de efectiva que la lírica del lado más clásico del cantautor.
Esta tarde se va a celebrar un monográfico dedicado a Robe Iniesta en el Libertad 8 y yo no he querido perdérmelo. Después de la experiencia del dedicado a Drexler, me parece una iniciativa de lo más motivadora y aplaudo a Andrés Sudón y al L8 por llevarlas a cabo. Es más que interesante descubrir diferentes lecturas y puntos de vista de esas canciones que todos hemos escuchado.

Esta vez me he decantado por uno de los temas más conocidos de su repertorio: “Salir”. Una canción que conozco bien por haberlo cantado mil veces en bolos de orquesta. Pero quería aportarle algo. Esa letra, dejando de lado el aparente aspecto lúdico del estribillo, siempre me ha parecido de una melancolía tremenda. Al final Robe te dice que por más que lo intenta, por más que se entregue a la fiesta, la realidad siempre acaba por aparecer en la soledad de su habitación. Por eso me pareció interesante “menorizarla”. Cambiar su tonalidad de mayor a menor para acentuar ese lado más triste que a mí siempre me ha transmitido. Y este es el resultado. Espero que os guste.


Si os apetece, nos vemos esta tarde a partir de las 19 horas en el Libertad.

Joel Reyes

viernes, 1 de noviembre de 2013

LAS COSAS BIEN HECHAS

Todos sabemos lo que significa hacer las cosas bien y,  en la mayoría de las ocasiones, todos sabemos cómo hacerlas bien, otra cosa es que las hagamos como se debe o simplemente las hagamos. Hablo en general.

La de veces que habré oído en mi vida lo de “tampoco está tan mal”. Si no está tan mal es que no está del todo bien. No hay más. Nadie me negará que somos un país que tendemos a la chapuza. No es bueno generalizar y no lo hago. Cada vez más hay profesionales a los que no les vale la aproximación a algo bien hecho y demuestran con su trabajo que otra forma de hacer es posible.
Todos sabemos lo que es hacer las cosas a medias, “barrer bajo la alfombra”, el “para un pueblo ya está bien”, “pues no ha quedado tan mal”. Evidentemente, cuando digo esto estoy hablando de nuestros oficios, de aquello a lo que nos dedicamos, no de cuando ponemos toda nuestra voluntad en algo que no es lo nuestro. La vida me ha enseñado que, muchas veces, la diferencia de esfuerzo entre hacer algo bien o hacerlo a medias, es muy pequeña, mientras que la satisfacción es mucho mayor en el segundo caso. Poner cariño en todos nuestros actos mejora sustancialmente los resultados y la respuesta de los demás ante ellos.


La economía de un país depende de su capacidad de hacer las cosas bien, de optimizar el tiempo y el trabajo. España es el país europeo que más horas trabaja y el tercero por la cola en productividad. No hay más. Como dicen los abuelos: “Las cosas bien hechas, bien hechas están”.
La crisis ha ayudado al mayor esmero en el trabajo por miedo al despido, pero, si es el miedo el que mejora nuestra productividad, poco dice de nosotros y nuestra honestidad a la hora de ejercer nuestra profesión, sea la que sea. Como siempre digo, no es ser el mejor, es dar lo mejor. Por nosotros, por nadie más.

En las relaciones humanas suele suceder lo mismo. Todos sabemos cómo se deberían hacer las cosas cuando en la vida tenemos que afrontar esas conversaciones que tan incómodas nos resultan a todos, esas conversaciones con amigos, familia, parejas, ex - parejas, jefes, etc. Son situaciones incómodas, “marrones”, o como dice mi amigo Josepe, “sapos” que tenemos que comernos.

La tecnología apoya a la cobardía en este tipo de conversaciones, a veces un whasapp, mensaje o mail, en el peor de los casos, o una llamada telefónica, en el menos malo de ellos, nos ayudan a ser más “valientes”, a rehuir eso tan importante que es mirar a los ojos de las personas cuando tenemos conversaciones importantes. Todos lo hemos hecho y a todos nos lo han hecho, pero todos sabemos que eso no es hacer las cosas bien.
Mirar a los ojos de las personas y decir aquello que tengamos que decir no siempre es fácil, pero es la única manera de hacer bien las cosas, sobre todo si esa persona te importa, porque se lo debes, a ella y a ti mismo. Porque pasado el mal trago te sentirás mejor por haber hecho las cosas bien y la paz, que de ello deriva, no tiene precio. Doy fe.

Joel Reyes