Hoy es la primera vez desde que abrí este blog en el que me enfrento a la pantalla en blanco, recién levantado, con la cabeza aún embotada y mis ideas poco claras. Desde que lo abrí siempre he tenido balas en la recámara, cosas que decir, textos almacenados que iban saliendo en el momento adecuado. Hoy me lanzo a tumba abierta a escribir.
Todos conocemos bien la teoría. Dicen que Einstein no creía en el concepto de tiempo, decía que pasado, presente y futuro conviven en el mismo espacio, defendía la atemporalidad, y decía que el tiempo es un invento del hombre para cuantificar, confirmar y registrar lo vivido. Que todos los momentos estaban ahí, a la vez, que eran igualmente accesibles si sabemos como. No está demostrado que Einstein tuviera razón, pero bien podría ser así.
El subconsciente y los sueños parecen a veces querer apoyar esa tesis. Hoy tuve una mala noche, de esas en la que te despiertas mil veces y sueñas cosas que no debes y no te hacen bien, y volví a pensar, dicen que el secreto no es no recordar, sino poder hacerlo sin dolor, y es curioso como el cuerpo reacciona de una determinada manera al reproducir según que recuerdos, como una emoción del pasado se vuelve de nuevo presente. A todos nos ha ocurrido soñar algo que parece tan real como la vida "real" en la que creemos habitar. Hay quién habla de universos paralelos, universos en que suceden cosas diferentes a las que vivimos en este, que diferentes posibilidades pueden convivir en diferentes niveles. Tal vez eso sea nuestro subconsciente, un lugar en el que habitan nuestras realidades paralelas, donde vivimos otras vidas que, a veces, visualizamos en los sueños. Tal vez nuestra mente no esté preparada para asumir algo así, pero los físicos apoyan ese tipo de teorías y en noches como la de hoy, a mi no me parece tan descabellado, o tal vez yo necesite un café.
Es difícil mantener dentro del armario los fantasmas que todos tenemos, alejados de nosotros todo el tiempo, a veces aparecen, saludan y se van, dejando un reguero de recuerdos y un sabor agridulce en los labios. Supongo que se trata de sonreír y seguir caminando. Yo, por si acaso, no dejo de caminar, aunque a veces mis fantasmas me alcancen.
Joel Reyes
martes, 30 de julio de 2013
viernes, 26 de julio de 2013
VIDAS QUE NOS TOCAN
Cada vez que conozco a alguien me pregunto qué ha venido a
aportar a mi vida, cual es su “misión” en mi camino, su función, incluso antes de que me aporte
algo, si estará de paso o será alguien que me
cambiará para siempre, que se quedará en mi, físicamente o en esencia, puesto
que todos somos la suma de todos los que nos han “tocado”, de todo lo que nos
ha ocurrido.
Me maravilla la vida y su incertidumbre, aunque no siempre juegue a nuestro favor, aunque a veces nos regale dolor, el saber que a la vuelta de cualquier esquina nos espera una nueva lección, una nueva conexión, una nueva ilusión, un nuevo aprendizaje es lo que hace que me sienta vivo y alerta, pendiente, afortunado, hambriento por vivir mi tiempo, por vivir mi vida.
Solo el tiempo y la perspectiva que este da, nos ayudan a
entender acontecimientos que en un principio nos costó entender o valorar su
importancia. Las conexiones entre las personas son caprichosas. A veces
aparecen personas en nuestra vida que no son más que nexos con otras personas
que nos han de aportar mucho más, personas “puente”. Otras veces aparecen
personas que como un destello, nos deslumbran con toda su fuerza para sumirnos
de nuevo en la oscuridad en un breve espacio de tiempo, no dejando nada más
allá de ese “fogonazo” de luz, intenso, breve e inocuo a partes iguales. A
veces un episodio triste o desgraciado nos lleva a cosas bellas, a bellos
descubrimientos. Se trata de estar atento a los estímulos, porque uno no sabe
dónde, cuándo ni cómo aparecen esas personas que revolucionan tu vida para
siempre.
Hay personas que nos aportan y enriquecen, otras que no nos
dejan apenas nada pero que son igualmente necesarias para nuestra “construcción”. Hay
personas que nos dan y otras a las que damos, personas que nos ofrecen más de
lo que recibieron de nosotros y viceversa, sólo al final de la historia
entenderemos si eso que llamamos equilibrio universal o karma, realmente
existe. Cuando echo la vista atrás y recuerdo algunos acontecimientos que me
han hecho llegar hasta lo que soy ahora, me doy cuenta de que todo ha formado
parte de una especie de “plan” caprichoso, una especie de puzle que ha sido
construido incluso con piezas que en un principio no parecían encajar ni tener
sentido.
Tal vez sea cierto que todo está conectado, que nuestra vida
esté construida por nuestras decisiones y por todas las personas que nos
“tocan” a lo largo de nuestra existencia, de todos aquellos que nos enseñan o
aportan, con amor o con dolor, qué más da, lo importante es lo que aprendemos
de nuestras vivencias, de nuestros aciertos y errores, si es que se puede
hablar en términos absolutos de acertar o errar. Un error puede dar paso al
mayor de nuestros aciertos. Un descubrimiento parte del error. Todo avance
parte del error.Me maravilla la vida y su incertidumbre, aunque no siempre juegue a nuestro favor, aunque a veces nos regale dolor, el saber que a la vuelta de cualquier esquina nos espera una nueva lección, una nueva conexión, una nueva ilusión, un nuevo aprendizaje es lo que hace que me sienta vivo y alerta, pendiente, afortunado, hambriento por vivir mi tiempo, por vivir mi vida.
Joel Reyes
P.D.: Mi recuerdo y mi respeto a las víctimas y los familiares del accidente de tren de Santiago, aunque ahora nada parezca tener sentido, estas palabras también están escritas para ellos.
martes, 23 de julio de 2013
MUSAS
La inspiración o eso que solemos llamar “las musas”, es
uno de esos misterios inabarcables que rodean al mundo de los que utilizamos el
arte, en cualquiera de sus expresiones, para intentar mostrar parte de lo que
somos, para sacar fuera trocitos de lo que llevamos dentro.
Como ya he dicho en más de una ocasión, de todas las
facetas de mi oficio, ninguna me resulta más gratificante que ese momento, en
la privacidad de tu casa, en el que nace una canción, una buena idea, algo que,
unos minutos atrás, ni tan siquiera existía.
Uno de los mayores temores que tenemos los que nos
dedicamos a crear es que esa fuente se agote un día, que deje de manar. Todos
hemos sufrido periodos de sequía en los que, por más que lo intentas, no brota
nada, o si lo hace, ni siquiera vale la pena mostrarlo. Esa sensación de
vértigo provoca una desazón difícil de explicar. Ese temor puede llegar a
obsesionarnos y condicionar nuestro trabajo, pero la experiencia me dice que,
como todo, siempre acaba pasando.
Muchos artistas, ante la pregunta de cuál es la mejor
canción que han escrito responden al unísono: “mi mejor canción es la que aún está
por escribir”. Siempre andamos en busca de la canción perfecta, o dicho de otra
forma, de LA CANCIÓN.
Pues bien, en las últimas semanas, esas musas han tenido
a bien mimarme más de la cuenta y ofrecerme unos cuantos regalos en forma de melodía.
Yo estoy muy satisfecho, aunque hasta que no pasen el filtro de tus oídos, no
estarán completas. Si son aves de paso o si han llegado para quedarse, sólo el
tiempo lo dirá, pero de momento la familia no deja de crecer y ya tengo unas
cuantas niñas más esperando a ser bautizadas en directo.
¿Sus nombres?: “Renacer”,
“Baila”, “Cielo abierto”, “Eléctrico”. Si te pasas esta noche por el Dog &
Roll, seguro que podrás asistir a la puesta de largo de alguna de ellas, así
podrás hablar con conocimiento de causa. ¿Nos vemos luego?
Joel Reyes
viernes, 19 de julio de 2013
INVOLUCIONANDO (II)
Y
qué decir de la “evolución” de nuestra alimentación, aunque parezca que no está
conectado con lo dicho en la primera parte de esta entrada, parece ser que sí,
que inteligencia y alimentación van ligadas. Ayer un amigo me decía que un
nutricionista le había dicho que para comer bien, lo primero es renunciar a lo
“empaquetado”.
Investigadores de la Universidad de Los Angeles (UCLA) en California, alimentaron a dos grupos de ratas con una solución líquida de almíbar de maíz rico en fructosa -un ingrediente común en las comidas procesadas y las bebidas refrescantes- y agua corriente durante seis semanas. A uno de los grupos de ratas se le dio como suplemento, además, ácidos ricos en grasas omega 3 que estimulan el cerebro, en forma de ácido docosahexanoico (DHA) y aceite de linaza, y al otro grupo de ratas no.
Antes de que comenzase la dieta rica en bebidas azucaradas, las ratas habían sido sometidas a una sesión de entrenamiento de cinco días en un complejo laberinto. Y se les volvió a plantear el mismo desafió después de haber sido alimentadas con la solución azucarada para ver cómo les iba.
“Los animales que no recibieron DHA eran más lentos y sus cerebros mostraron un descenso en la actividad sináptica” , afirma Fernando Gómez-Pinilla, profesor de neurocirugía de la Escuela de Medicina de UCLA. “Sus células cerebrales tenían problemas enviándose señales, lo que alteró la capacidad de las ratas para pensar claramente y recordar la ruta que habían aprendido seis semanas antes” .
Una observación más profunda de los cerebros de las ratas reveló que aquellos que no recibieron los suplementos de DHA también dieron signos de desarrollar resistencia a la insulina, una hormona que controla el azúcar en la sangre y regula funciones cerebrales. “Debido a que la insulina puede penetrar la barrera sanguínea del cerebro, la hormona puede dar señales a las neuronas para provocar reacciones, que alteran el aprendizaje y pueden causar pérdida de la memoria”, explicó Gómez-Pinilla.
En otras palabras, tomar demasiada fructosa podría interferir la capacidad de la insulina para regular cómo las células usan y acumulan azúcar, lo que es necesario para procesar los pensamientos y las emociones. Como siempre digo no
se trata de creer o no, se trata se investigar, indagar en diferentes
corrientes de opinión para, finalmente, sacar nuestras propios conclusiones
desde el conocimiento de causa y no desde lo que más nos interesa creer para
mantener a salvo nuestro castillo de naipes, y a partir de ahí, que cada cual
decida.
Joel Reyes
Investigadores de la Universidad de Los Angeles (UCLA) en California, alimentaron a dos grupos de ratas con una solución líquida de almíbar de maíz rico en fructosa -un ingrediente común en las comidas procesadas y las bebidas refrescantes- y agua corriente durante seis semanas. A uno de los grupos de ratas se le dio como suplemento, además, ácidos ricos en grasas omega 3 que estimulan el cerebro, en forma de ácido docosahexanoico (DHA) y aceite de linaza, y al otro grupo de ratas no.
Antes de que comenzase la dieta rica en bebidas azucaradas, las ratas habían sido sometidas a una sesión de entrenamiento de cinco días en un complejo laberinto. Y se les volvió a plantear el mismo desafió después de haber sido alimentadas con la solución azucarada para ver cómo les iba.
“Los animales que no recibieron DHA eran más lentos y sus cerebros mostraron un descenso en la actividad sináptica” , afirma Fernando Gómez-Pinilla, profesor de neurocirugía de la Escuela de Medicina de UCLA. “Sus células cerebrales tenían problemas enviándose señales, lo que alteró la capacidad de las ratas para pensar claramente y recordar la ruta que habían aprendido seis semanas antes” .
Una observación más profunda de los cerebros de las ratas reveló que aquellos que no recibieron los suplementos de DHA también dieron signos de desarrollar resistencia a la insulina, una hormona que controla el azúcar en la sangre y regula funciones cerebrales. “Debido a que la insulina puede penetrar la barrera sanguínea del cerebro, la hormona puede dar señales a las neuronas para provocar reacciones, que alteran el aprendizaje y pueden causar pérdida de la memoria”, explicó Gómez-Pinilla.
En otras palabras, tomar demasiada fructosa podría interferir la capacidad de la insulina para regular cómo las células usan y acumulan azúcar, lo que es necesario para procesar los pensamientos y las emociones.
Joel Reyes
martes, 16 de julio de 2013
INVOLUCIONANDO (I)
Varios recientes estudios que han visto la luz en los
últimos tiempos están apoyando una teoría que, si bien sobrevuela las cabezas
de muchos de los que pensamos más de la cuenta, no se me antoja que vaya a
convertirse en demasiado popular: cada vez somos menos inteligentes.
Por
supuesto que con eso no quiero decir que esa mejora no haya sido positiva y
haya mejorado nuestra calidad de vida y “democratizado” la supervivencia, es
simplemente un juicio de valor que me lleva a concluir que los avances nos
debilitan como especie y nos hacen más cómodos y menos creativos, por no hablar
de nuestros lastres emocionales (frustración, depresión, apatía, etc.), muchos
de ellos provocados por una sociedad autocomplaciente e inspirada en valores
materiales.
«Apostaría a que si un ciudadano medio de Atenas del año 1000
antes de Cristo apareciera de repente entre nosotros, sería uno de los más
brillantes e intelectualmente inquietos de nuestros colegas y compañeros, con
una buena memoria, muchas ideas y una visión lúcida de cuestiones importantes.
Además, creo que sería uno de los más estables emocionalmente de nuestros
amigos y colegas. Ampliaría esta apuesta a los antiguos pobladores de África,
Asia, India y América de entre hace 6.000 y 2.000 años. El fundamento de mi
apuesta son los avances en genética, antropología y neurología que predicen que
nuestras habilidades intelectuales y emocionales son genéricamente
sorprendentemente frágiles».
El autor del párrafo anterior es Gerald Crabtree, director del Laboratorio de Genética de la Universidad de Stanford (Estados Unidos). Crabtree plantea que estamos perdiendo habilidades emocionales e intelectuales desde hace milenios o, dicho de otra manera, que somos cada vez menos inteligentes.
El autor del párrafo anterior es Gerald Crabtree, director del Laboratorio de Genética de la Universidad de Stanford (Estados Unidos). Crabtree plantea que estamos perdiendo habilidades emocionales e intelectuales desde hace milenios o, dicho de otra manera, que somos cada vez menos inteligentes.
Crabtree
apoya la teoría de que nuestro mayor desarrollo intelectual se dio hace entre
50.000 y 500.000 años, cuando nuestros ancestros vivían todavía en pequeños
grupos nómadas en África. En un mundo en el que dependíamos de la caza y la
recolección, la inteligencia y la creatividad eran clave para la supervivencia
y la enorme presión ambiental hacía que sobrevivieran únicamente los mejor
dotados. No había lugar para los intelectualmente débiles. La implantación de
la agricultura hizo que los hombres empezaran a vivir en grupos más grandes que
protegían a los más débiles. Esa tendencia ha proseguido desde entonces
haciendo que la información genética se haya ido empobreciendo y de esta forma
debilitando la especie.
El
resultado, según estos estudios, es un descenso en los últimos 125 años, de
casi 14 puntos en el coeficiente intelectual medio de la población, lo cual
repercute en inteligencia, productividad y creatividad.
Todos estos datos que pueden resultar farragosos y aburridos sólo vienen a
analizar algo que cae del lado de la lógica. Los evolución de la especie y los
avances tecnológicos han hecho que nuestra esperanza y calidad de vida mejoren,
pero a la vez, nos han hecho más débiles, menos adaptativos y, sobretodo, más
cómodos. Es fácil deducir que si bien la mayoría de nuestros antepasados no
tuvieron el acceso a la cultura que hoy tenemos (y que tan poco utilizamos),
eran mucho más adaptativos al medio, más creativos, más resolutivos. Más
capaces a la hora de solucionar problemas y sobrevivir, básicamente porque no
les quedaba otra para salir adelante. Nuestros
antepasados no tenían calculadoras, ni ordenadores, el conocimiento se adquiría
por medio de la escritura, la lectura (en el caso de los más privilegiados) o,
en la inmensa mayoría de los casos por transmisión oral. La vida era mucho
menos sedentaria y casi todo requería un esfuerzo físico mayor.
La
curiosidad y la inquietud dan paso a la comodidad y el conformismo. La
necesidad da lugar a la inventiva y desarrolla la imaginación. Quien tiene todo
a un click no necesita más que saber hacer click.
(continuará)
Joel
Reyes
viernes, 12 de julio de 2013
CON MUCHA MARCHA
Es que me lo has puesto a huevo, Leti. Hace unas semanas
llegó a mis ojos un videoclip de Leticia Sabater de su flamante
nuevo single “Mr. Policeman”. No tengo palabras, aunque vergüenza ajena lo definiría bien. No podía creer lo que estaba
viendo y, sobretodo, oyendo. Frases como "me pones cachonda", "me pone tu anaconda" y "mi pecho se empitona" se han grabado en mi memoria "temporal". Primero por comprobar que esa mujer no tiene
ningún tipo de pudor y segundo porque pensé que se dedicaba a otras cosas.
Ahora he comprobado que le da a todo. A eso si que le llamo yo tener "mucha marcha". Es increíble comprobar a diario como la
mediocridad sobrevive a lo largo de los años y como semejantes personajes
siguen viviendo no sé muy bien de qué, más cercanos a la mofa general que al
mérito de su trabajo.
Advertencia: Las siguientes imágenes pueden herir sensibilidades y provocar daños irreversibles en vuestra mente. Absténganse personas sensibles. Avisados quedáis. No me hago responsable.
La semana pasada me desayuné con una noticia a página
completa en El País (detalle no gratuito) en la que decían que habían pillado a
Leti vendiendo dos espectáculos infantiles (léase un musical de “El mago de Oz”
y un refrito de su momento de gloria “Con mucha marcha”) a los ayuntamientos
regidos por el PP, ya que ella se declaraba abiertamente como “una de los
vuestros” e incluso “amiga” de Rajoy, y pedía ciertos trato de favor a la hora
de contratar sus espectáculos infantiles “que interactúan con los “peques” para
el gozo de sus “papis”.
Eso sí, la lumbrera, cometió el error de enviar dicho email
a un ayuntamiento gobernado por el PSOE con lo cual el pastel, obviamente,
quedaba al descubierto y el hecho fue filtrado a los medios.
La noticia no es que sorprenda. Que hay tratos de favor a la
hora de contratar espectáculos, comisiones de por medio, favoritismos y
artistas más apegados a ciertas “tendencias” que otros no es nada nuevo. Ha
ocurrido siempre. España se ha convertido en un atasco por tráfico de
influencias. Todo el mundo “hace lo que puede” e intenta “pillar cacho”. Somos un país de tramposos,
en el que el desencanto y el escándalo continuo nos ha llevado a gritar a los
cuatro vientos eso de “para que se lo lleve otro, me lo llevo yo”. Ya nadie
cree en la justicia y mucho menos en la integridad, más bien en lo de “coge lo que puedas”.
Eso sí, yo recomendaría a los ayuntamientos de PP y sobre
todo a la plana mayor del partido, que a la hora de contratar un espectáculo de
Leticia Sabater para las fiestas de sus pueblos o para eventos masivos (pagaría
lo que no tengo por ver a Rajoy bailando al ritmo de “Mr. Policeman”), recurran
antes a su espectáculo para “adultos”, los niños no podrán asistir, pero los
padres y abuelos estarán encantados mientras las mujeres se indignan y a la
Leti le pitan los oídos. Además, siempre pueden hacer una porra apostando que
teta enseñará primero.Advertencia: Las siguientes imágenes pueden herir sensibilidades y provocar daños irreversibles en vuestra mente. Absténganse personas sensibles. Avisados quedáis. No me hago responsable.
En fin.
Joel Reyes
martes, 9 de julio de 2013
COMO LA VIDA MISMA
Hace un par de semanas, en una de nuestras múltiples conversaciones, mi amigo Alex me pasó esta viñeta. Estoy trabajando mi nivel de concreción a la hora de expresarme, escribir y componer, y me maravilla cuando caen en mis manos cosas como esta. Decir tanto con tan poco. ¿Quién no se siente reflejado en esta viñeta? Yo si. Tan real como la vida misma.
Y viceversa. Nada más que añadir.
Feliz martes.
Joel Reyes
Y viceversa. Nada más que añadir.
Feliz martes.
Joel Reyes
viernes, 5 de julio de 2013
ME DEJARÉ LLEVAR
Puede que naciera para navegar,
que mis naufragios sean mi bandera
puede que sea el viento y no el timón
quién rige mi camino
Tal vez la deriva pueda ser
la única manera de encontrarse
recoger las velas, dejar de remar...
ME DEJARÉ LLEVAR
SIN RUMBO CONOCIDO
DONDE EL VIENTO SIEMPRE A MI FAVOR
CUMPLIRÉ TODO LO QUE ME HE PROMETIDO
MI LATIDO SERÁ MI TIMÓN
Como el ave huye del invierno
migraré mis pasos buscando calor,
puede que el equivocado sea yo o puede que no
DONDE EL VIENTO SIEMPRE A MI FAVOR
CUMPLIRÉ TODO LO QUE ME HE PROMETIDO
MI LATIDO SERÁ MI TIMÓN
DONDE EL VIENTO SIEMPRE A MI FAVOR
CUMPLIRÉ TODO LO QUE ME HE PROMETIDO
MI LATIDO SERÁ MI TIMÓN
Joel Reyes
que mis naufragios sean mi bandera
puede que sea el viento y no el timón
quién rige mi camino
Tal vez la deriva pueda ser
la única manera de encontrarse
recoger las velas, dejar de remar...
ME DEJARÉ LLEVAR
SIN RUMBO CONOCIDO
DONDE EL VIENTO SIEMPRE A MI FAVOR
CUMPLIRÉ TODO LO QUE ME HE PROMETIDO
MI LATIDO SERÁ MI TIMÓN
Como el ave huye del invierno
migraré mis pasos buscando calor,
puede que el equivocado sea yo o puede que no
Aunque el sol me cuartee la piel,
aunque haya girones en mis velas,
descosido pero nunca roto
ME DEJARÉ LLEVAR
SIN RUMBO CONOCIDODONDE EL VIENTO SIEMPRE A MI FAVOR
CUMPLIRÉ TODO LO QUE ME HE PROMETIDO
MI LATIDO SERÁ MI TIMÓN
Y sin las penas corren mucho más que yo,
tendré que hacer de ellas mi viento a favor
como un pirata que no tiene hogar al que regresar...
me dejaré llevar...
me dejaré llevar...
ME DEJARÉ LLEVAR
SIN RUMBO CONOCIDODONDE EL VIENTO SIEMPRE A MI FAVOR
CUMPLIRÉ TODO LO QUE ME HE PROMETIDO
martes, 2 de julio de 2013
¿QUIENES SOMOS?
Parece una perogrullada, pero muy poca gente sería capaz
de decir quién es, no qué es, sino quién es.
No somos nuestras posesiones, ni nuestro estatus o éxito profesional, tampoco somos nuestro aspecto exterior, ni nuestra ropa, ni siquiera nuestras palabras, aunque todo ello nos define de cara a los demás, todo ello habla de nosotros, pero casi nunca dice la verdad, o no toda la verdad, porque no es lo que realmente somos.
No somos nuestras posesiones, ni nuestro estatus o éxito profesional, tampoco somos nuestro aspecto exterior, ni nuestra ropa, ni siquiera nuestras palabras, aunque todo ello nos define de cara a los demás, todo ello habla de nosotros, pero casi nunca dice la verdad, o no toda la verdad, porque no es lo que realmente somos.
Lo que somos son nuestros pensamientos, nuestros miedos,
nuestros sueños, nuestros anhelos, no nuestras palabras, sino nuestros actos.
Lo que hacemos es lo que habla de nosotros, tanto como lo que no hacemos.
Sólo nosotros sabemos en el fondo quienes somos, y muchas
veces ni eso, jugamos a poner excusas y cargar en los demás las culpas que no
somos capaces de aceptar.
Somos dueños de nuestros actos y nuestras decisiones y
son estos los que nos definen como personas, lo que nos queda cuando nos despojamos de los disfraces,
las excusas, las muletas sociales que nos hacen más llevadero vivir con esa parte de nosotros que nos gustaría cambiar por un poco más de valentía y sinceridad para con
nosotros y los demás, para descubrir y mostrar quienes somos realmente.
Joel Reyes
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