Yo lo siento mucho, me da igual el espíritu navideño y todas las
buenas voluntades, no quiero dejar de decir lo que es más que evidente.
Ahora llegan días en los que seguiremos alimentando la mentira del sistema y
gastaremos lo que no tenemos para rendir culto a todo aquello de lo que nos
quejamos el resto del año.
No dejo de leer noticias desesperanzadoras por todas partes, noticias que me provocan
ganas de vomitar. Suben la luz, los combustibles, cortes de energía para la
gente que no puede afrontar las facturas en pleno invierno, en plena época de
celebración, videos de abusos policiales en protestas ciudadanas por todo lo que
se nos viene encima, un estado policial que cada vez nos oprime más mientras aún hay quien dicen que esas protestas son gratuitas, desvirtuadas y sin fundamento. La solidaridad
viene aconsejada por los famosos y ricos para ser llevada a cabo por los que
menos tienen. Este país está herido de muerte y seguimos igual, compartiendo noticias que nos indignan, dejando “me
gustas” en ellas y comentando nuestro desacuerdo tras la pantalla de nuestro ordenador de última generación. Todos. Yo el primero.
Dan ganas de empezar a dejarse de paños calientes y liarse a
hostias. Ya lo tienen todo preparado para seguir atizándonos y que ni siquiera
podamos defendernos. 3 millones de casas vacías, cerca de 600 desahucios
diarios. Desesperación, infelicidad, sufrimiento de muchas personas por no poder cuidar de sus
familias. Mientras celebraremos que podríamos estar peor, dando gracias por las migajas en forma de langostinos.
Mientras tanto el rodillo sigue girando, los grandes
almacenes llenos, las compras de navidad exageradas y por encima de nuestras
posibilidades. Listas interminables de regalos para niños que no tendrán tiempo
de apenas abrirlos y que están desbordados por tanto agasajo. Mientras seguiremos
quejándonos de lo mal que están las cosas, de cómo nos aprietan las clavijas y
de qué mal pinta todo para el próximo año.
Mientras seguiremos jugando a aparentar y mintiendo a
nuestros familiares para hacer creer que las cosas nos van mucho mejor de lo
que nos van.
Lo siento, sueno fatalista, que cada cual se lo tome como
quiera y viva estas fiestas como le nazca, a mi no me gustan estas fechas y su hipocresía. Que reviente todo de
una puta vez para poder empezar de cero y quitarnos la venda de los ojos. Que
cada cual elija el mundo en el que quiere vivir, a mi este cada vez me gusta
menos.
Me quedo con la gente que me quiere no por lo que tengo,
sino por lo que soy, con la gente que se ha sumado a esa lista en este año. Esos son los buenos, mi tesoro, eso
es lo único que vale y me siento agradecido y feliz por ello.
A todos los que me piensan bien y a todos los que yo pienso
con amor.
Os quiero.
Sed todo lo felices que os dejen.
Sed todo lo felices que os dejen.
Joel Reyes