Si, caer en la conspiranoia en los tiempos que corren es
bastante sencillo, lo reconozco y acepto, pero negar que nos engañan y que
hacen con nosotros lo que quieren o prácticamente, es estar completamente ciego
o no querer ver lo obvio. Que los medios de comunicación nos manipulan es algo
que está ahí, a la vista de todos. Solo es necesario leer cualquier noticia en
varios medios de comunicación y averiguar cual es la tendencia y los intereses
políticos del medio en cuestión.
Por no hablar de la deshumanización que el mal uso de
ciertas tecnologías está provocando en todos nosotros, pero ese es otro tema.
Que son los poderes fácticos y económicos los que dictan
nuestros preceptos diarios es otra obviedad. Que la publicidad nos dice lo que
tenemos que comprar para ser más “tal o cual cosa” está también ahí, en
nuestras cajas tontas a diario.
¿Recordáis cuando, hace ya una buena pila de años, se
recomendaba una tendencia natural hacia la energía solar y autoabastecimiento
en pos de una forma más limpia de energía? Pues bien, las leyes de nuestro
últimos gobiernos han ido “capando” esa tendencia hasta dificultar
tremendamente el autoabastecimiento energético a través de placas solares. ¿A
alguien le extraña cuando la mayoría de nuestros mandatarios y ministros acaban
siendo consejeros de las empresas eléctricas que manejan el cotarro?, ¿hay que
explicarlo más?.
Lo mismo ocurre con los pesticidas de uso agrícola, el
control de alimentación de los animales que luego comemos y todo lo relacionado
con las químicas y las farmacias. En cuando alguien da la voz de alarma de que
“tal o cual” producto no es beneficioso para nuestra salud, aparece un estudio
“serio” del cual se omite que está financiado por esas mismas empresas que se
sitúan en el punto de mira en el que se nos dice que nuestra salud está
totalmente a salvo. Nosotros hacemos ver que nos lo creemos y seguimos como si tal
cosa.
Asistimos a guerras creadas en despachos en las que el
aliado y el enemigo han sido armados y creados por las mismas fuerzas que luego
van a defendernos del mal. ¿Ejemplos?, ¿es necesario?.
Cualquier alternativa a todo lo que maneja la rueda económica
del sistema es silenciada a la espera de que su uso sea inevitable. De pronto
nos dicen que ha llegado el momento de cambiar para proteger el planeta, y
todos tan contentos. Recuerdo que hace muchísimos años que se descubrieron
energías alternativas para mover la poderosísima industria automovilística y
aquí seguimos, alimentando nuestros vehículos con energías fósiles que, no hace
falta recordar, son las que mueven el mapa geopolítico y bélico mundial. Pero
no os preocupéis, ya está más cerca el día en que nos dirán que el petróleo es
lo peor y que debemos cambiar todos nuestros coches por decreto ley para
contaminar menos (no os preocupéis, aún quedan unos cuantos años y unas cuantas
guerras que librar para ello).
Podría seguir con miles de ejemplos, pero por hoy ya está
bien. La información está ahí, la desinformación también.
¿Conspiranóico? Pues si, oiga. Tal vez no sea todo una caza
de brujas, pero como dicen los gallegos, “haberlas haylas”, y están por todas
partes.
Ale, ya me he quedado a gusto. Que tengáis una buena semana.
Joel Reyes