jueves, 17 de septiembre de 2015

TRENDING TOPIC

Vivimos en la era de la anécdota, la fotografía impactante, la noticia “trending topic”. Nos revolvemos y movilizamos a la voz de un click. Los medios de información se alimentan del morbo y dan prioridad a las noticias más comentadas por encima de las más importantes. Son los nuevos tiempos. Las noticias virales son mucho más rentables que las más trascendentales.

Una cruel zancadilla puede convertirnos en héroes y cambiar el curso de nuestros días. Una foto en la orilla de una playa nos convierte en símbolos. Cada día hay miles de noticias que nos remueven, sin embargo tan solo unas pocas trascienden a golpe de “Me gusta” o de “Compartir”.

Esto hace que muchos aprovechen para desvirtuar los mensajes que subyacen bajo el sensacionalismo.

Con la polémica, repetida año tras año, espero que por poco tiempo, del Toro de la Vega, hay quien aprovecha para decir que hay que defender más a las personas y no tanto a los animales. Creo, personalmente, que quien defiende la abolición de dicha “tradición” también defiende a las personas, defiende la evolución, la lógica, la racionalidad, el futuro de los niños de ese lugar, defiende una forma de ver la vida más respetuosa con su entorno, defiende un cambio de perspectiva, de horizonte. Quien se remueve al ver la foto de Aylan no lo hace solo por ese niño. Ese niño representa la crueldad de los conflictos, la soledad de las personas que tienen que huir de su país por razones totalmente ajenas a sus vidas, un país, que no hace tanto, fuimos nosotros.

Ante eso, llueven las opiniones de que en este país hay gente en condiciones calamitosas que no reciben tanta atención de los medios o ayuda del gobierno: CIERTO. Pero no podemos caer en ese reduccionismo.

No debemos hacer oídos sordos a lo que ocurre. Ni aquí ni fuera. Aquí la gente se moviliza por los desahucios, por personas con nombre y apellidos en situaciones límite. Se moviliza por el maltrato de género, por el paro, por la desigualdad, por los derechos de los menos favorecidos. El problema tal vez sea que está todo tan jodido que no damos abasto a tanta injusticia.


Cada cual tiene una boca y, por lo tanto, una opinión, también un culo y, por lo tanto, su propia mierda (perdón por lo escatológico). Cada cual puede indignarse o no por lo que quiera o simplemente mirarse el ombligo y seguir con el “ande yo caliente…” como eslogan. Es una opción, aunque, cómo he tratado de decir, todos estamos expuestos a ser esa anécdota compartida en Facebook, esa foto, ese “trending topic” que arrasa en las redes, ese símbolo o ese impacto.

Hay mucha gente que cuando le recriminas que tiren un papel al suelo, en la ciudad, el bosque o la playa, argumentan eso de “pero si está todo lleno de mierda”. Pues eso. Un papel menos, un muerto menos, un desahucio menos, un parado menos… cualquier cambio, por pequeño que sea, puede ser el principio de un cambio mayor.

Termino con una cita de Einstein que ya he utilizado en otras ocasiones:

“Loco es el que intenta obtener resultados diferentes haciendo lo mismo”


Joel Reyes