Ayer, viendo una serie, aparecían varias referencias al tema,
empezando por “El diario de Noa” y terminando por un personaje que padecía la
enfermedad. En una de las escenas, se llevaban a dicho personaje a una pista de
Karting para rememorar sus tiempos de piloto de carreras. Uno de los
personajes, que desconocía que padecía dicha enfermedad, comentaba que ese sería
un día que tardaría mucho en olvidar pues lo estaba disfrutando como un niño
pequeño, su nieto, le contestaba que seguramente al día siguiente no se
acordaría de nada.
A diario, solemos utilizar mucho la expresión Carpe diem, abreviatura de la frase atribuida al poeta romano Horacio, “Carpe diem quam mínimum credula postero” (“toma el día como si creyeras que es el último”), y me preguntaba cómo viviríamos nuestros días, nuestros momentos si fuéramos conscientes de que al día siguiente los olvidaríamos por completo. Supongo que todo tendría otra intensidad, una intensidad única e irrepetible, puesto que ni siquiera nos quedarían nuestros recuerdos para volver a saborear ese instante.
No existirían pues todos los sentimientos asociados a nuestros momentos o decisiones; el arrepentimiento, el bienestar, el dolor, el placer y un montón de emociones que van unidas a nuestros actos cotidianos. Somos lo que vivimos y las huellas que ello deja en nosotros, en nuestra mente, en nuestros actos posteriores.
Desposeernos de recuerdos sería como empezar a diario de
cero, como en esa película, Memento, en la que su protagonista olvida cada día
lo hecho el día anterior y tiene que tatuar su cuerpo con lo vivido para poder
recordarlo.
A veces bien estaría poder borrar alguna de las carpetas que
habitan en nuestro disco duro mental. Dar a eliminar permanentemente y que algunos
recuerdos se evaporaran de nuestra cabecita, aunque, como decía el nieto en esa
escena de la que hablaba antes, sin memoria no habría que vivir con lo que
duele, pero eso también nos impediría recordar todos los buenos momentos
vividos, así pues, vivamos con todo, lo bueno, lo malo, y sobre todo,
aprendamos y disfrutemos de ello.
Me voy camino del mar.
Feliz martes.
Joel Reyes
pero qué profundo te me pones a veces y cómo me encanta! BESTIAL ENTRADA!
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