martes, 17 de diciembre de 2013

OFICIO VERSUS TALENTO

La eterna conversación entre músicos.

Es innegable que hay gente dotada de un talento natural. Gente que sin previo conocimiento de una materia demuestra una destreza fuera de lo común.
Me centraré en el mundo de la música para no dispersarme más de la cuenta.

La voz es un instrumento del que (casi) todos disponemos desde que nacemos. Cantar es algo que todos hacemos, mejor o peor, sin embargo hay personas que sin ningún conocimiento previo poseen una técnica vocal instintiva y natural que a los que nos dedicamos a esto nos da cierta envidia (y no de la buena).
Luego está la gente que a base de educación y trabajo consigue aprender el oficio y llegan a ser grandes cantantes o a sacarse el máximo partido.

Y luego están los que sin estar dotados de un gran talento vocal, consiguen encontrar un canal de comunicación que llega a la gente. Siempre recaemos en los mismos ejemplos, pero nadie puede negar que Sabina, Tom Waits, Leonar Cohen, Bob Dylan, Tom Petty, Bruce Springsteen, etc., son grandes artistas y sin embargo no destacan por su calidad vocal. Ellos destacan por su forma de comunicar, su literatura, su carácter, su factor diferenciador. Son inconfundibles, son artistas.
Decir que Bisbal y Sabina se dedican a lo mismo es como comparar el periodismo de investigación con el del corazón, es la misma profesión, pero pertenecen a dimensiones diferentes. Con mis respetos a ambos, por supuesto. No niego que Bisbal sea un artista, hace muy bien lo que hace, sin duda, pero pertenece a un lenguaje muy diferente al de Sabina y no hablo de forma literal. Es un buen intérprete que pone mucha pasión en su trabajo, pero su trascendencia no va más allá de su talento vocal (aunque esta es sólo mi opinión, por supuesto).

Y luego está gente como Freddy Mercury, Robert Plant, Jeff Buckey, Chris Cornell, John Mayer, Sting, Amy Whinehouse, Nino Bravo, Tino Casal, Ben Harper, etc., que aúnan todas esas características y además consiguen trascender  e influenciar a miles de personas.
Hay gente con mucho talento y muy poca capacidad de esfuerzo, que se duerme en los laureles confiando en su don y se apaga como una vela esperando que el universo valore su magia, hay otra gente con algo de ese don que lo exprime e intenta sacarle el máximo jugo hasta dominar su profesión desde otros ángulos.


Todos conocemos ejemplos de futbolista talentosos que se han quedado en eternas promesas por su falta de trabajo y disciplina y obreros del balón que sin tanto talento se han convertido en símbolos de su deporte. No daré nombre, pero todos tenemos unos cuantos en la cabeza. Cada cual puede llevarse este post a su terreno. Vale para todo en la vida. Pon amor y pasión en todo lo que hagas.

Así pues, a los que no hemos sido dotados de ese talento natural no nos queda más que seguir trabajando, admirar a los genios e intentar reinterpretar sus influencias hasta hacerlas nuestras, buscar nuestro factor diferenciador y explotarlo al máximo.

Cada día doy gracias por poder hacer lo que hago, no es un don, es producto del trabajo, la cabezonería, el tesón y el amor por mi oficio. Ya lo decía Picasso, “cuando la inspiración llegue, que me pille trabajando”.
Joel Reyes

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