domingo, 27 de noviembre de 2016

DOMINGO DE RESURRECCIÓN

Llegamos al día 12 de la campaña. Quedan 28 días y, aunque aún queda mucho, el cansancio empieza a hacer mella en el capitán del barco. Seguramente sea yo mismo el que acentúo ese cansancio con el ritmo de crucero que me marco y con la autopresión que me impongo.

No, no lo digo como algo negativo. Disfruto mucho del proceso, pero me paso demasiadas horas llevando el timón y poniendo mi energía en muchos frentes diferentes. Si a eso sumamos la tensión por la incertidumbre del día a día, el resultado es que la salud acaba resintiéndose y el cuerpo pide una tregua.

Aún estamos muy lejos del objetivo. Sabía desde un principio que la gesta era importante y también que llegarían días como este, en los que las dudas y el cansancio hicieran mella en mi moral. Sin estos altibajos no sería yo, no hay nada de lo que preocuparse. 

Seguimos avanzando y siguen ocurriendo cosas durante la travesía, casi todas buenas. Voy vislumbrando ideas, aclarando dudas, probando, acertando y equivocándome, lo que viene siendo la vida, pero concentrada en el trabajo tras un disco. Ni imagináis la de horas de trabajo que hay tras esa escasa hora de duración que tiene un disco. Pero bueno, no quiero sonar plañidero, soy un tipo muy afortunado por disfrutar tanto con lo que hago. Las dudas y el agotamiento son una consecuencia lógica del proceso.


Ya estamos inmersos en la grabación de guitarras, o, al menos, en el planteamiento de las mismas. He decidido hacerme cargo de algunas de ellas, siempre me he cortado a la hora de grabar guitarras dado que siempre he pensado eso de “zapatero a tus zapatos” y que he tenido la suerte de trabajar con guitarristas que hacían su trabajo con  tanta maestría que no osaba invadir ese espacio.

Esta vez no va a ser menos y voy a tener, de nuevo, la suerte de trabajar junto a músicos a los que admiro tanto profesional como personalmente, pero he decidido que es el disco para hacerlo, el disco en el que el momento y la espontaneidad deben primar por encima de la técnica y la previsión, donde dejarse llevar por la sensaciones iniciales y no pensar demasiado  el camino a seguir se ha convertido en una de las premisas de este trabajo.

Hoy cojo aire y respiro, será mi particular domingo de resurrección. Mañana la travesía continúa, no importa a que ritmo, solo importa llegar a puerto sanos y salvos y seguir disfrutando del viaje.

Feliz domingo.


Joel Reyes

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