martes, 12 de noviembre de 2013

QUERIDA ANA

Mucho me he resistido a escribirte desde este, mi diván, porque me parecía tan obvio hacerlo y era tan fácil hacer leña de tu árbol caído que me daba cierto “nosequé”. Pero visto lo visto, debes tener una plantación del tamaño del Amazonas llena de árboles para derribar, aunque conociéndote, seguro que estás sacando tajada de ello y has montado una papelera para beneficiarte de tus propias automutilaciones.

Llegaste al ayuntamiento de Madrid sin que nadie te lo pidiera, ni siquiera nos diste la opción de decírtelo. Estás dándonos duro, Anita. Incluso eres tan inteligente como para ponerte en ridículo frente al mundo y gritar, con una relajante taza de café con leche, los motivos por los cuales no podíamos tener unas olimpiadas en esta ciudad. Teniendo un marido con tan avanzado nivel de inglés e incluso “tejano”, bien podrías haber puesto más esmero entre sesión y sesión de gimnasio.
Si tú no hablas inglés que no lo hable ni dios, cojones. Nos cargamos educación, becas Erasmus, cerramos salas de conciertos, seguimos golpeando la cultura de base y mantenemos la de élite, como antes, vamos, y a tomar por saco. Así todos seremos iguales de zoquetes que tú, aunque sin las mismas oportunidades, ¿has oído hablar de las castas?, plantéalo en tu próximo pleno, si no lo has hecho ya. Y ni siquiera podremos pillarnos un berrinche de esos que te sube la tensión, el azúcar y hasta la bilirrubina, porque sin seguro médico, no podremos ser atendidos. ¿Demagogia?, en tres palabras, y una mierda. Que se lo digan a los americanos. Por cierto, saluda a Wert de mis partes.



Pero lo estáis haciendo bien, tú y los tuyos. Tienes buenos compañeros de viaje. Mientras nos hundimos, nos distraéis, con el “conflicto catalán”, mientras los de aquí y los de allí, o viceversa, que yo me siento de ambos lugares, os utilizáis mutuamente como “enemigos”, cuando sois los mismos perros con distinto collar, ajenos al ciudadano, vendiendo lo que haya que vender para proteger vuestra empresa y vuestro culo, aferrándoos a vuestra poltrona mientras desviáis la atención de los problemas que están matando de desesperanza a este país.
No estáis dejando títere con cabeza. Eso sí, ya tenemos futbol casi cada día de la semana, y mientras nuestro equipo gane, o, al menos podamos poner a parir al árbitro o al delantero de turno cada vez que se tire en el área, tendremos nuestra dosis de desahogo para que nos sigáis sodomizando. Te imagino descojonándote en tu despacho mientras lees todo lo que se dice y escribe sobre ti.

Madrid, a pesar tuyo, es un lugar maravilloso para vivir y conocer, aunque en los últimos días ha abandonado la metáfora para hacerse literal. La basura cubre las calles. Eso sí, los mendigos no ayudan, según tú. No tienes fin ni filtro, y supongo, que nadie que te lo diga. ¿Hasta dónde quieres llegar? No me creo que esto no forme parte de un plan mayor, de un objetivo mucho más elevado. No puedes ser tan torpe. Seguro que tenéis algún as escondido tras la manga para que el combate acabe con un K.O. que no nos permita levantarnos.
Vamos, ya queda menos.

Ya ves, he empezado hablando de ti y he acabado divagando. Ya me conoces.
Joel Reyes

No hay comentarios:

Publicar un comentario