viernes, 4 de octubre de 2013

MANUAL DE VIDA (2ª Parte)

Esta es la segunda parte de la entrada del pasado martes inspirada en un texto que me hizo llegar mi amiga Ana de un antiguo profesor suyo de literatura llamado Enrique Díaz-Berrio Casado. Aunque por separado también encontraríamos mucho y bueno, es en conjunto donde radica su valor. Si te perdiste la primera parte, te recomiendo que la leas antes de leer lo que viene a continuación.

“La soledad y la responsabilidad son el contrapeso inevitable de la libertad. Así que ya no sirve el "Enrique, ¿puedo ir al baño?, ni el "¿tú crees que debo presentarme a subir nota?", ni nada parecido. Sus padres les acompañarán más tiempo, por fortuna, quizá toda la vida, pero también va a llegar el momento donde les va a tocar a ustedes mismos darse permiso para ir al baño o negárselo, y decidir miles de cosas más, mucho más importantes que venir a subir nota o no.
Y para hacerlo bien, me parece absolutamente necesario saber qué es lo que uno desea para sí mismo. Y no me refiero sólo a una elección profesional, que la felicidad está en la fontanería lo mismo que en la medicina y hasta en la docencia, porque de hecho no está en ninguna de las tres. Cuando digo proyectar o soñar, no me refiero a escoger una ocupación remunerada, una profesión o un trabajo, sino fundamentalmente a decidir quién quieren ustedes ser. O sea, cómo quieren ustedes afrontar el fracaso, la soledad, el matrimonio y la tortura en cárceles cubanas. Qué opinan, qué les hace sentir y cómo se posicionan ante la muerte de las ballenas, Belén Esteban, la familia, el amor, la tercera edad, la política, la fe, la pareja, la homosexualidad, la muerte, el tabaquismo, los coches de motor eléctrico o la maternidad. Eso es lo que tienen ustedes que ir decidiendo, para poder formularlo como un proyecto en cuanto puedan (ya saben: "jugamos a que yo era..."), de modo que su vida se parezca a los que ustedes decidan que sea, y no a lo que a los demás, por mucho que les queramos, nos gustaría que fuera. No vaya a ser que cumplan 70 años, se miren al espejo y descubran que han estado haciendo el ridículo, ojo.


Así que la tesis principal que defiendo (y sí, lo digo por ayudar en el comentario de texto) es que el lenguaje es la capacidad humana que nos abre a la utopía, y que ésta es necesaria para la felicidad y la independencia. Sin utopía, la vida se queda en "mañana" y poco más, que es lo que le pasa al mono, pobre. Y en la inercia del "sólo existe mañana" lo más fácil es que nos lleve la corriente. Cervantes, que era el más listo, lo sabía, y Don Quijote no hace otra cosa en las mil páginas del libro que no conformarse con lo que hay y nombrar una y otra vez "su" mundo hasta hacerlo mejor: tú eres Dulcinea, tú, Rocinante y tú, la princesa Micomicona. Y si Cervantes, manco, enfermo, desengañado y con 60 años sabía esto en 1605, sin Internet ni nada, y lo proponía como única manera digna y libre de vivir, qué no podrán ustedes hacer con todos los días de su futuro, siendo como son la promoción de 2010, nada menos, y con apenas 18 años cumplidos y la vida entera por delante. Al final lloro, vamos...
Por mi parte, sólo espero que lo que han aprendido en estos años de pupitre con nosotros les sirva para proyectar su vida libre y consecuentemente; con ambición, con inteligencia y sin renuncias excesivas, y para ser conscientes de la responsabilidad que tienen de desear y nombrar algo bueno para su propio futuro, que es todo lo que pensamos exigirles a cambio del tiempo, el cariño, la paciencia y la ilusión invertidos en estos años. Ojalá entre sus proyectos esté también el de no olvidarse de nosotros por el momento, pero no por lealtad, sino sobre todo por el cariño sincero, y el de hacer hoy un buen comentario de texto.

Para ello, y para todo lo demás, os deseo con un abrazo la mejor de las suertes”.
Enrique Díaz-Berrio Casado

Al final del examen, rezaba una nota final:
 "Recuerde: no fume. Ríase con frecuencia, especialmente de usted mismo, al menos una vez por semana. Disfrute de las cosas sencillas. Intente comprender a los demás y ponerse en su punto de vista. No sea rencoroso y esfuércese por entender la complejidad del mundo. No sufra más de lo necesario, y evite torturarse si algo sale mal. Haga lo posible por hacer las cosas según cree usted que deben hacerse, y no se pliegue a las órdenes del primero que venga gritando. Tenga a bien venir a visitarnos de vez en cuando. Tres faltas de ortografía descuentan un punto, así que cuidadito."

Sin conocerle, admiro a este hombre. Nada que añadir.
Joel Reyes

1 comentario:

  1. Lo he leído y tengo que decirlo, Enrique fue mi profesor durante dos años, Solo dos años, y puedo decir que he conocido a poca gente tan grande como él. Su pasión por la vida y sobre todo por lo que hacía (aunque la mala ostia que se gastaba la mitad de los días también era parte de él) han hecho de este hombre para mucha gente, un ejemplo de como ser feliz en esta vida. Se necesita más gente con esta forma de ver el mundo y capaz de convertir simples clases de literatura y sintaxis, en carcajadas y recuerdos que son difíciles de olvidar. Gracias por hacerme recordar.

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