martes, 28 de octubre de 2014

"EL FUEGO AMIGO": LA BANDA

Ayer tuvimos el primer ensayo con la banda base al completo. Los que conocéis a estos elementos, sabéis bien de lo que hablo. Tarragona es una cantera muy desconocida para los medios. Recuerdo los tiempos en los que unos cuantos tipos avispados, tipo Julio Ruiz, se sacaron de la manga el Xixon Sound y nos vendieron que todo lo que tenía olor a sidra molaba, esos movimientos siempre han sido extraños y pagaban justos por pecadores, de esa hornada quedaron unos cuantos que demostraron más oficio y talento que otros que sólo aprovecharon el rebufo. 

Ahora se habla de que todo lo que sale de Granada está tocado por la varita de los dioses del underground. En definitiva, cosas interesantes y penosas hay en todas partes, pero hoy me vais a permitir que saque mi vena chouvinista para reivindicar algo que es justo reivindicar.

Desde que empecé en esto de la música hace ya más de 20 años, he tenido la suerte de estar rodeado de grandes músicos que me han enseñado todo lo que sé. El otro día, entre cañas, coincidí con algunos de esos músicos que llevan media vida dando buen nombre a su oficio sin hacer ruido y sin focos que los iluminen. Nos pusimos a contar historias de abuelo cebolleta y, a parte de darnos cuenta de que ya tenemos una edad, también vimos el gran movimiento de músicos que siempre ha habido por metro cuadrado en esta tierra. 



También reparamos en que esa proporción se multiplicaba en lugares como Torreforta, en los que en apenas una calle llegaban a coincidir hasta 10 músicos que han construido su camino y que ahí siguen dando guerra. Nunca nadie nos ha hecho demasiado caso, pero ahí estamos, cada uno con nuestras pequeñas historias, con nuestras batallas. Mil proyectos, mil grupos, mil canciones que nos han traído a ser lo que hoy somos.

Pues entre esos músicos hay tres tipos con los que estoy teniendo el honor de trabajar. Entre los cuatro tendríamos para escribir unas cuantas páginas de historias y anécdotas: desde que te paguen un bolo con una caja de maíz tostado a dormir en un coche tapado con una bolsa de basura. Esta profesión la hacemos gente como nosotros. Los focos deslumbran, pero lo que queda después es lo único real.



Entre Miguel, Salva, Pepe y yo sumamos más de 80 años de, como dice Monxo Grau, “la puta manía que tenemos de tocar”. Para mi es un honor tener tanto talento junto al servicio de estas canciones. Voy a disfrutar cada ensayo y cada hora de grabación como un niño, porque es un lujo al alcance de poco semejante privilegio. Sólo puedo decir, una vez más, GRACIAS.



Reivindico la escena tarraconense, aunque en los medios apenas nos den bola, el camino recorrido ahí está, a los ojos de todo aquel que quiera mirar… y seguiremos caminando.

Este power trío maravilloso queda hoy bautizado como “El fuego amigo”. 

Amén.

“EL FUEGO AMIGO”: Cuadernos de viaje (Capítulo 3)

En la vida hay que intentar rodearse de personas que te aporten y te hagan crecer, y, sin duda, Toni lo está haciendo. “Eléctrico” fue un disco posible gracias, sobretodo, a Miguel, pero en el que resultó importantísima la visión y aportación de mi hermano Monty y de Alex Larraga. Creo que en el próximo trabajo la familia va a crecer y Toni será una pieza clave a la hora de dar sentido a todo esto, sobretodo en lo que al proceso compositivo se refiere.

Luego llegará Miguel y pondrá orden y sentido a todas nuestras paranoias, pero el proceso está resultando excitante. Él nos deja hacer como a niños traviesos que se entretienen en el parque, supongo que porque confía en “los chavales”. Tengo ganas de que empiece a jugar el partido.

Ya estamos trabajando temas nuevos en un proceso que hemos denominado “de ida y vuelta”. Me explico. Yo le envío un tema, él (Toni) lo retuerce y lo pasa por su filtro y me lo devuelve con cambios y anotaciones y yo reinterpreto su interpretación para devolverla a mi terreno y mi carácter. Los resultados me entusiasman y siento que he dado con la tecla que necesitaba. Además hemos conectado de forma poderosa a todos los niveles y creo que nos ayudamos mutuamente a ahuyentar nuestros respectivos demonios. Toni se encuentra también en proceso de composición del nuevo disco de Göttemberg y ese feedback e intercambio de ideas nos viene a los dos de puta madre para no volvernos locos definitivamente y tener una red en la que caer de vez en cuando.

Hemos empezado trabajando temas que por uno u otro motivo se habían quedado fuera de los discos de Malacabeza, pero que siempre volvían a mi cabeza cada cierto tiempo y eso me hacía pensar que tenían cosas que decir.

El primero fue “Esclavo de tus besos”, un tema con casi 10 años de vida que formó parte del repertorio de los primeros conciertos de Malacabeza allá por el 2005. Siempre me pareció un buen tema, pero tenía un poco atravesada la letra y su posicionamiento. Con el tiempo uno evoluciona o cambia y decide alejarse de ciertas posiciones victimistas o de sumisión que a estas alturas de mi existencia no me interesan ni en la vida, ni en las canciones.

Toni le dio un importante giro armónico y manchó de grasa una letra algo falta de mala leche. Cuando me la devolvió, el monstruo ya estaba creado, sólo tuve que devolverla a mi lenguaje pero tras haber pasado por sus manos. Luego he seguido dando vueltas a la letra hasta que Toni me ha hecho parar. Es importante tener a alguien que te frene cuando entras en barrena en la absurda búsqueda de la letra perfecta; un “deja de comerte la olla” es mano de santo en muchas ocasiones. El resultado me encanta, ahora estamos hablando, provisionalmente, de “Esclavo de estos versos” (a día de hoy ya es, definitivamente, “El eco de tu incendio”).

Joel Reyes

No hay comentarios:

Publicar un comentario