miércoles, 15 de octubre de 2014

"EL FUEGO AMIGO": MIS PRIMEROS PASOS

Están a punto de cumplirse las primeras 48 horas desde que se lanzó la campaña de crowfunding de “El fuego amigo”.

Como ya he dicho, ni en mis sueños más húmedos me imaginaba un arranque como el que viví. Juro que llegué a emocionarme al ver que cuando apenas llevábamos una hora de campaña se habían alcanzado los 680 euros. No esperaba tanto calor, tanta expectación y tanto cariño hacia mi y mis canciones. No me cansaré de repetir que, aunque la música es un bálsamo en si mismo y me ayuda a sanar y drenar dolores, no tendría mucho sentido si no fuera por lo que esas canciones provocan en vosotros, si algunos de vosotros no las hicierais vuestras no seguirían manando de mi cabeza y mi corazón.

Ahora toca disfrutar de todo este proceso que está resultando más emocionante de lo que imaginé. Es un subidón de energía para empezar la grabación y una motivación extra para afrontar el millón de horas que nos quedan para que muy pronto podáis escuchar lo que llevamos entre manos. Aquí empieza el cuaderno de viaje de “El fuego amigo”.


“EL FUEGO AMIGO”: Cuaderno de viaje (Capítulo 1)

Dicen que la gran mayoría de las enfermedades que afectan al ser humano del siglo XXI son sicosomáticas. Que nuestra mente poco menos que las provoca en nuestro cuerpo. Yo estoy afectado muy gravemente y me temo que de forma crónica por una: La música.

Hace ya más de 20 años que acarreo los síntomas, si bien, con el paso del tiempo estos se hacen más notorios hasta condicionar todos los días de mi vida. Esa extraña enfermedad se ha ido apoderando de mi hasta llenarlo todo, hasta conseguir que no sepa discernir dónde acabo yo y dónde empieza ella.

Hace ya unos meses (enero ´14) que vió la luz “Eléctrico”, mi primer disco en solitario. Cuando empiezo a escribir estas líneas recién hemos estrenado el verano. La gira de “Eléctrico” da sus últimos coletazos y a mis espaldas quedan casi 50 conciertos por gran parte de la península.

Mi enfermedad avanza y yo no hago nada por frenarla. Aún inmerso en la gira de “Eléctrico” la idea de mi próximo trabajo empezó a rondar mi cabeza. Me siento en ebullición y mi cabeza no deja de generar ideas. Necesito sacarlas e ir en busca de las siguientes.

Cada vez me vuelvo más exigente conmigo mismo y con mi trabajo, y “Eléctrico” se ha convertido en un listón del que no quiero bajar. El trabajo con Miguel (Zanón), me ha hecho dar un paso en mi trabajo como compositor y ponerme las pilas con la guitarra para explorar nuevos caminos y salir de mi zona de confort. Pero ese es un camino de no retorno que complica mucho más las cosas.

Hace menos de dos meses tuve la idea de enfrentarme a la posibilidad de hacer un disco conceptual. La situación que vivimos y la eterna sensación de que nos han abducido con sus cantos de sirena y sus promesas de alcanzar la “tierra prometida” para volvernos ciegos a la realidad, como si viviéramos en un eterno estado de himnosis, olvidando la esencia de quienes somos y de lo que un día fuimos o quisimos ser, me llevó a esa paranoia.

En apenas 15 días “vomité” más de 10 ideas que giraban en torno a dos mundos imaginarios sobre los cuales giraría todo: Oniria e Hymnopia. El mundo de los sueños y de nuestro yo ideal, el mundo donde habita nuestra esencia esa que se diluye en cuanto nos exiliamos a ese otro mundo de “lo que debemos ser”, de la madurez mal entendida, Hymnopia, un lugar en el que el individuo deja lugar a la apariencia y el posicionamiento social, en el que nos dirigen bajo la bandera de la libertad y el poder de decisión sobre las premisas que ellos dictan.

Y hasta aquí, el primer capítulo. Permanezcan atentos a sus pantallas.

Joel Reyes

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